sábado, 28 de noviembre de 2015

Tiempo de adviento

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, 
nos visitará el Sol que nace de lo Alto. Lc 1, 78.

Tiempo bendito de adviento,
ayúdanos a recordar
que Cristo vino a este mundo
en penuria y humildad.
Que llegó pobre y oculto
a trocar nuestro futuro
y darnos su gozo y paz.
Que vino una vez de noche
y de día volverá,
como Juez del universo,
en gloria y con majestad.
Jinete en su corcel blanco,
Sol que viene de lo Alto,
y Príncipe de la Paz,
con su mirada de fuego
a todos nos juzgará.
Él dice que está llegando,
avisa que viene pronto,
que lo esperemos velando.
Es este tiempo de adviento
figura de nuestra vida:
El que viene está a la puerta,
golpea y está llamando;
Él nos pide que le abramos
porque no quiere forzarnos.
Con esa lámpara ardiente
del penar enamorado
y viva ansiedad te aguardo.

MGdeJ


miércoles, 25 de noviembre de 2015

Nos hablan los grandes maestros...

Una mirada que llega al presente


John Henry Newman penetra el espectáculo de un mundo impregnado por las ideas del liberalismo, avanzando a pasos agigantados hacia la apostasía. En uno de sus famosos sermones sobre el Anticristo, predicados en el Adviento de 1835, cuando todavía era párroco anglicano en Saint Mary the Virgin, de Oxford, reflexiona:



¿Acaso no existe en este mismo momento un especial empeño en casi todo el mundo en prescindir de la religión, más o menos evidente en éste o en aquel lugar, pero más visible y formidable en aquellas regiones más civilizadas y poderosas? ¿No existe acaso un consenso creciente de que una nación no tiene nada que ver con la religión, de que se trata de algo concerniente sólo a la conciencia individual? Lo que es lo mismo que decir que podemos dejar que la Verdad desaparezca de la faz de la tierra sin que hagamos nada por evitarlo. […] ¿No existe el intento de educar sin religión, o sea, poniendo todas las formas de religión al mismo nivel? ¿No existe la tentativa de reforzar la templanza, y todas las virtudes que brotan de ella, sin religión, por medio de sociedades basadas en meros principios de utilidad; de hacer de la conveniencia, y no de la verdad, el fin y la norma de las decisiones de Estado y de la constitución de las leyes; de hacer de los números, y no de la Verdad, el criterio para sostener o no éste o aquel artículo de fe, como si hubiera en la Escritura fundamentación para sostener que los muchos tienen la razón y los pocos no; de privar a la Biblia de su sentido principal, de modo de hacernos pensar que ésta posee cien significados, todos igualmente verdaderos, o en otras palabras, que no posee significado alguno, que es letra muerta, y que puede ser dejada de lado; de reemplazar la religión en su conjunto, en cuanto es externa y objetiva, y expresada en leyes y palabras escritas, por algo meramente subjetivo; de confinarla a nuestros sentimientos internos, y de este modo, dada su inestabilidad y variabilidad, de destruir en definitiva la religión? 



Fuente: Newman, John Henry (2006) Cuatro sermones sobre el Anticristo. Buenos Aires: Pórtico.p. 40.