La
católica Croacia siempre fue considerada una nación de valientes. Y su pueblo
acaba de hacer honor a esa fama. Una reacción popular en defensa de la familia
tradicional ha derrotado dos ofensivas simultáneas del gobierno socialista
apoyado por la UE, para imponer la “ideología de género” al país.
Victoria
contra la “educación” sexual en las escuelas
La coalición de gobierno croata,
dominada por el Partido Socialista, implementó en el primer semestre de 2013 un
programa de “educación” sexual compulsiva en las escuelas públicas, para niños
en edad escolar desde los 9 años.
El curso consta de todo lo que puede
escandalizar y pervertir a los pequeños: homosexualidad, pornografía, conductas
promiscuas y hasta pedofilia. Pero la reacción ciudadana fue inmediata y
también —tal como sucede actualmente en Francia— inteligente y proporcionada.
La
asociación “La Voz de los Padres de los Niños” – GROZD, presentó ante la Corte
Constitucional croata un recurso de inconstitucionalidad contra ese programa
corruptor. Y a fines de mayo el Tribunal dio razón al recurso, declarando que
la asignatura denominada Educación para la Salud vulnera“el
derecho y la libertad constitucional de los padres a la educación de sus hijos”;
un derecho que corresponde al Estado garantizar sobre todo en temas “relacionados
con convicciones y creencias”. En consecuencia,dispuso la cancelación del
programa inicuo.
La
Corte Constitucional prohibió la “Educación para la salud (sexual)” en las
escuelas
El caso demuestra cómo una protesta
bien planeada puede ser exitosa: sin duda, es un ejemplo a imitar…
Masivo
apoyo a referéndum
El mismo mes de mayo, GROZD lanzó la
campaña de firmas denominada “En nombre de la familia”, para solicitar al
Parlamento que convoque un referéndum con la pregunta: “¿Está de
acuerdo con que en la Constitución de Croacia se introduzca la definición de
que el matrimonio es una unión de vida entre un hombre y una mujer?”
Para ser acogidas, las solicitudes de
referéndum en Croacia deben reunir en un plazo de 15 días las firmas de más del
10% de los electores. Los ciudadanos con derecho a voto en el país son cerca de
3.750.000. Gracias a la entusiasta adhesión de católicos (76% de la población)
dicho porcentaje fue ampliamente superado.
Las firmas fueron recolectadas
mediante una campaña-relámpago, muy bien organizada. En apenas una semana, del
12 al 19 de mayo —mitad del plazo legal—, 6.000 voluntarios apostados en 2.000
puntos de recojo lograron reunir 380 mil firmas, bastante más de las
necesarias.
Un
pedido de referéndum superó ampliamente el número de firmas requerido
Pero entonces surgió un obstáculo
inesperado. Previendo su derrota, en medio de la campaña de firmas el gobierno
socialista recurrió a una bajeza típica de cierta izquierda: de un momento a
otro modificó la normativa que regula el referéndum, y subió el mínimo de
firmas necesario a 450 mil. Pero esta maniobra desesperada fue inútil: al
concluir el plazo ya se contaba con 750 mil adhesiones, cifra extraordinaria
para un país de 4,5 millones de habitantes.
Las firmas fueron entregadas a las
autoridades el día 14 de junio. Ahora cabe al Parlamento ordenar la realización
del referéndum sobre el “matrimonio” homosexual, probablemente en el próximo
otoño europeo.
Furor
socialista y de sus aliados
Como era de esperarse, el gobierno
socialista junto con activistas de la revolución cultural reaccionaron
con furia, pues saben que la población croata adhiere firmemente a la familia
tradicional y que, por tanto, si el referéndum se realiza están derrotados de
antemano. Hubo más de 50 ataques físicos y verbales contra los organizadores de
la colecta de firmas, incluso amenazas a la familia de Marijo Ivkovic,
principal vocero de “En nombre de la Familia”.
Pero esos ataques nada pueden contra
la fe de un pueblo valiente. Con su victoriosa defensa de la familia
tradicional y su rechazo a las utopías de “género”, la católica Croacia acaba
de dar al mundo un ejemplo digno de ser imitado.