lunes, 9 de julio de 2018

Con ganas de vivir!


JEAN-MARC DELLAJUTO QUIERE VIVIR

Por Alejandro Navas, Profesor de Sociología de la Universidad de Navarra

El torneo medieval de Kaltenberg

Imagen relacionadaDesde 1980, el príncipe Leopoldo de Baviera organiza un torneo medieval en su palacio de Kaltenberg, a 40 km de Múnich. La celebración, iniciada con dieciséis jinetes ingleses, ha ido creciendo cada año hasta  convertirse en el espectáculo medieval más importante del mundo, con  un millar de actores y más de cien mil espectadores. El torneo sigue siendo el núcleo de la representación, y en él compiten jinetes y espadachines. El guión cambia cada año, aunque siempre gira en torno al conflicto clásico entre el bien y el mal. Además, muestran sus habilidades los típicos artistas medievales: músicos, bailarines, malabaristas, contadores de historias. Artesanos variados ofrecen sus productos en el correspondiente mercado. El torneo tiene lugar durante tres fines de semana de julio y de su organización se encarga una compañía profesional de acrobacia ecuestre. Desde 2005 lo hace el grupo francés Cavalcade, dirigido por Mario Luraschi.

El accidente
Imagen relacionadaLos integrantes de Cavalcade son profesionales bien preparados y con mucha experiencia, tanto en actuaciones en directo como en el rodaje de películas de acción. Aunque las exhibiciones entrañan riesgo, en Kaltenberg nunca se habían registrado accidentes. Hasta el 29 de julio de 2017. Jean-Marc Dellajuto llevaba su caballo al galope, a una velocidad de 50 km/hora. Se incorporó para rodear el pecho y cuello del caballo y volver a la silla por el otro lado. A tanta velocidad la pista se encogió de repente, el caballo frenó con brusquedad y Jean-Marc salió despedido de cabeza contra la pared de una tribuna. Quedó tendido en el suelo, inmóvil. Dellajuto no perdió la conciencia y enseguida se hizo cargo de la situación: además de sentir dolor a causa del traumatismo craneal, apenas respiraba por tener afectado el pulmón. Pero lo más grave era que no podía mover el cuerpo: había sufrido una fractura de una vértebra del cuello. Se había quedado tetrapléjico. Con experiencia en primeros auxilios, tuvo la serenidad de indicar a los que se acercaron a ayudarle que no le movieran hasta que llegara la ambulancia. Un helicóptero lo trasladó a Múnich, donde fue operado esa misma noche.

La convalecencia
Fue muy dura, tanto por la situación objetiva como por las circunstancias del paciente. No cabía mayor contraste con su vida anterior: con tan solo treinta y ocho años, repetidas veces campeón francés de judo, kick-boxing y sambo, trece años en CavalcadeHombre de acción, viajero infatigable por todo el mundo, admirado por el público: “Hacer de jinete acróbata era mi oficio, mi pasión, mi vida”. La recuperación fue lenta y costosa. “Sabía que me encontraba entre la vida y la muerte y sentía el deseo de morir, pero no podía permitírmelo: tengo mujer y una hija”. El postoperatorio se prolongó cinco semanas en el hospital alemán. Los problemas de comunicación agravaban aun más la situación. Poco a poco se fueron superando las dificultades. La mujer de Dellajute, Laura, repartió su tiempo entre la atención de su marido y el cuidado de su hija Lilou, de ocho años, que se quedó en el hogar familiar en la Provenza. Jean-Marc y Laura recorrieron diversos centros de rehabilitación en Alemania y Francia por espacio de diez meses. Ese régimen resultó costoso y una tía de Dellajuto lanzó una campaña para recaudar dinero. Muchos franceses y alemanes ofrecieron su ayuda.

El presente
Dellajuto ya está con los suyos. Ha habido que adecuar la casa a sus circunstancias: rampas, puertas y demás. Cuenta con una moderna silla de ruedas, que ha costado 35.000 euros, pagados de su bolsillo. La conduce con la barbilla, y con ella maneja también el ratón de un ordenador y el teléfono. Cuando quiere escribir algo, dicta al micrófono. Su mujer y su hija son su principal apoyo y estímulo para seguir adelante. Laura ha organizado su vida alrededor de su marido, siempre cerca de él, atenta a sus necesidades. Como no puede encargarse de todo – sigue trabajando como cosmética -, cada día vienen dos cuidadoras para ayudar. Con una entereza admirable, sabe ver lo positivo de la situación: “Mi marido pasó mucho tiempo fuera de casa. Ahora por fin tenemos una vida de familia normal, los tres juntos”. Pero la prueba ha sido muy exigente para ella: “He llorado mucho, pero sola, en el cuarto de baño o fuera de casa, nunca delante de mi hija”. Superada la prevención inicial, Lilou disfruta de la presencia de su padre: “Antes, papá estaba siempre fuera. Ahora me ayuda cada día con los deberes”. La niña no se atrevía en un primer momento a mirar a su padre a los ojos, pero ahora ya ha aceptado su parálisis. Lo que no sabe es que Jean-Marc se medica a diario para combatir el dolor y que debe sobreponerse una y otra vez a los ramalazos de abatimiento. Echa de menos tantas cosas… No tanto su emocionante vida anterior, sino pequeñas cosas como poder abrazar a su mujer.

Planes para el futuro
Resultado de imagen para jean marc dellajuto accidentDellajuto no se ha instalado en la añoranza del pasado. Tiene planes y mira al futuro. Con ayuda de su hermana se ha propuesto escribir un libro sobre su experiencia como inválido. También le gustaría rodar una película autobiográfica, para llamar la atención sobre el olvido en que viven tantos discapacitados. Se ha ofrecido a los canales franceses de televisión, pero hasta el momento ninguno lo ha llamado para que muestre su peripecia a la opinión pública. Le gustaría mucho transmitir un mensaje de coraje, enseñar con su ejemplo que siempre se puede seguir adelante, pase lo que pase en la vida. Él no se considera una mera víctima de la parálisis: “Estoy sentado, pero con el ánimo erguido”.
Corolario
Jean-Marc Dellajuto constituye un caso extremo por el contraste entre sus condiciones de vida antes y después del accidente. Por ese motivo, ilustra con especial intensidad cómo una adecuada atención, médica y humana, ayuda a los pacientes en las situaciones más difíciles a encontrar sentido y a mantener el deseo de vivir.
 Fuente: https://atlantescuidadospaliativos.wordpress.com/