viernes, 10 de julio de 2015

Nos hablan los grandes maestros...

Hoy: Bto. John Henry Newman (1801- 1890)


Así es, hermanos míos; cada ser que alienta en este mundo, grande o humilde, educado o ignorante, joven o viejo, varón o mujer, tiene una misión, tiene una obra. No hemos sido enviados al mundo para nada; no hemos nacido de casualidad; no estamos aquí para que podamos irnos a dormir por la noche y levantarnos por la mañana, ganarnos el pan con fatiga, comer y beber, reír y jugar, pecar cuando tenemos gana y reformarnos cuando estamos cansados de pecar, fundar una familia y morir. Dios ve a cada uno de nosotros; Él ha creado cada alma, y las infunde en cada cuerpo, una por una, con algún propósito. Él necesita, se digna necesitar, de cada uno de nosotros. Él tiene para cada uno de nosotros un fin; somos iguales ante sus ojos, y estamos colocados en diferentes rangos y posiciones, no para sacar de ellos todo el provecho que podamos para nosotros mismos, sino para trabajar en ellos por Él. Así como Cristo tuvo su obra, nosotros también tenemos la nuestra; y como Él se regocijó en hacer su obra, nosotros también debemos gozarnos en las nuestras.