viernes, 15 de julio de 2016

Gabriele Kuby y quiénes están detrás de la ofensiva contra la familia. 
De participar como activista de mayo del 68 a defender la familia, la socióloga alemana se mantiene firme ante las amenazas: “Soy una defensora de los derechos democráticos frente al totalitarismo. Los ataques no me desaniman. Hago lo que siento que estoy llamada a hacer”.

Por Cristina Castro -

Conversar con Gabriele Kuby, reconocida socióloga alemana, autora y conferenciante, es percibir enseguida por qué conforma todo un referente internacional en la defensa de la familia y la libertad.
En su último libro, La revolución sexual Global. La  destrucción de la libertad en nombre de la libertad,  Kuby profundiza en su denuncia de la ideología de género. La obra, traducida ya a siete idiomas, se ha convertido en todo un instrumento de resistencia cívica en esta crucial batalla que se libra en Occidente entre el nuevo totalitarismo y la familia.
En La Revolución Sexual Global trata de alertar de las graves consecuencias de esta ideología. ¿Por qué es importante concienciarnos de ello?
Según se entienda la sexualidad, así irá la familia. Según sea la situación de la familia, así será la de la sociedad. Las normas sexuales tienen una influencia decisiva en la construcción de todo el edificio que conforma la cultura. El antropólogo Joseph Daniel Unwin, profesor de Oxford en la década de 1930, mostró en su libro Sexo y Cultura [J. D. Unwin, Sex and Culture, Oxford University Press 1934] que la Cultura con mayúsculas sólo puede existir con unas claras normas sexuales.
La cultura cristiana europea se basa en el ideal de la monogamia. Ahora asistimos a una revolución cultural que derroca la moral sexual. Las graves consecuencias que se derivan de ello son obvias: la destrucción de la familia y la crisis demográfica. Pero los poderes mundiales siguen obligando a todas las naciones a emprender esta revolución sexual.
¿La desregulación moral supone una mayor libertad?
Para deshacerse de cualquier restricción moral sobre la actividad sexual se envuelven en la tentación de la “liberación sexual”. Todo el mundo sabe por experiencia que es necesario establecer un control sobre los impulsos y deseos del cuerpo, ya sea el sexo, la comida, la bebida… De lo contrario, serán esos impulsos los que nos controlen.  Por ello, la templanza es una de las virtudes cardinales.
La explosión de la pornografía a través de Internet crea millones de personas adictas al sexo, trágicamente cada vez más jóvenes se encuentran entre ellos. Hasta el matrimonio y las familias se contemplan como un freno si el marido y la mujer optan por la infidelidad para responder a sus deseos sexuales, porque no han aprendido a ponerlos al servicio de la expresión del amor.
¿Cómo nace esta revolución sexual?
Rastreando las ideas que han impulsado la revolución sexual, cabe recodar al filósofo griego Protágoras, quien proclamó que “el hombre es la medida de todas las cosas”. Esta creencia es la base del relativismo, que afirma que no hay valores morales absolutos. Luego, la Revolución Francesa anuló la concepción cristiana del hombre, creado por Dios y en última instancia, responsable ante Dios.
Desde entonces, muchas veneradas mentes han aportado ideas filosóficas y psicológicas y la experiencia revolucionaria cultural. Todos ellos simpatizantes de los movimientos políticos comunistas o liberales. Por citar algunos: Karl Marx y Friedrich Engels; Sigmund Freud, Simone de Beauvoir, Alfred Kinsey, el revolucionario sexual puro y simple Wilhelm Reich, y los filósofos Adorno, Horkheimer o Marcuse, de la llamada Frankfurter Schule (Escuela de Franckfurt).
¿Qué suponen en concreto el movimiento de mayo de 1968, el feminismo radical y el marxismo para esta ideología?
Lo que cambió a la sociedad en su conjunto fue la rebelión estudiantil de 1968, impulsada por las ideas de la Escuela de Franckfurt, y la puesta en práctica de las ideas de Wilhelm Reich. El marxismo, el feminismo radical y la “liberación sexual” se unieron para atacar el sistema de los valores cristianos y exterminarlos de raíz, rebelándose contra cualquier autoridad.
De manera especial, los niños eran el objetivo inmediato de los revolucionarios: crearon las denominadas antiautoritarias “tiendas de niños” (Kinderladen), para que los menores hicieran lo que quisieran, alentándoles a los juegos sexuales.
¿Cómo se reflejan esas premisas del 68 en la actualidad?
Los fines del movimiento del 68 se han convertido en el actual programa de Naciones Unidas y de la Unión Europea, incluyendo además la aplicación mundial de los llamados “derechos” LGBT y la deconstrucción de la identidad masculina y femenina.
¿Como se deconstruye la identidad masculina y femenina?
Mediante la desregulación de las normas sexuales y la promoción de los privilegios LGTB, sumando el reconocimiento como “matrimonio” de las uniones entre personas del mismo sexo y los “derechos” transgénero; con la neutralización de la familia por medios ideológicos y económicos (impuestos y sistemas de la Seguridad Social que penalizan a las madres y a las familias); la colectivización de los niños menores de tres años en guarderías estatales; la sexualización de los niños a través de la educación sexual obligatoria en las escuelas; y la eliminación de los “estereotipos de género”, mediante métodos pedagógicos en los colegios y en los jardines de infancia.
Y, ¿quiénes están detrás de todo esto?
Estos ataques contra las bases de una sociedad sana y viable crean masas de desarraigados que son fácilmente manipulables. No sólo es la estrategia de la Naciones Unidas y de la UE, sino de una red de agencias de la ONU, como la OMS y el UNICEF; ONG globales, como Planned Parenthood y la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA); corporaciones multinacionales como Apple, Microsoft, Google, Facebook…; así como de fundaciones multimillonarias, como Rockefeller y Gates, con el apoyo de los medios de comunicación.
¿Cuáles son las consecuencias del concepto “género”, que tratan de imponer los grupos de presión LGBT a la sociedad?
El objetivo de implementar la ideología de género en la sociedad con sofisticados métodos de ingeniería social es la deconstrucción de la identidad del hombre y de la mujer, lo que hay de familia y de moralidad en su nivel más profundo.
Tras el fallo de la Corte Suprema de EEUU dictada en junio de 2015, asistimos a una nueva ola de activismo ‘trans’ procedente de este país. Barack Obama, presidente de esta nación que lidera el mundo, se encuentra ahora mismo liderando la llamada “batalla del baño”, que trata de imponer por ley que una persona transexual pueda usar el baño y el vestuario del sexo que elija.
Que el 99% de la población de los Estados Unidos tenga un problema cuando miembros del sexo opuesto entren en un cuarto de baño o aseo, especialmente cuando los utilizan niños, no parece preocupar en absoluto a los gobernantes políticos…
Asistimos a la promoción del aborto o la anticoncepción, a menudo mediante catastrofistas teorías sobre la superpoblación mundial con las que tratan de justificar un control de la natalidad. ¿Lo considera realista?
Un motivo obvio para estas políticas destructivas es reducir la población de la tierra. Esta es la política exterior que siguen los EEUU desde la década de 1970. Pero el verdadero problema es el declive demográfico, al que se enfrentan casi todas las naciones industrializadas, y que ahora está empezando incluso en los países en desarrollo.
Es una consecuencia de separar el sexo de su significado y función existencial, la procreación, a través de la anticoncepción y el aborto. De ahí la fuerte batalla que libran en la ONU y en la UE para definir el aborto como un “derecho humano”. ¿Hasta dónde ha llegado la humanidad, desde la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948?
¿De qué otros instrumentos se sirven para cambiar la sociedad?
A parte de cambiar el sistema legal y sexualizar a los niños por la fuerza que ostenta el Estado, esta ideología trabaja en el cerebro y la psique de las personas, a través de los medios de comunicación, la industria del entretenimiento (el cine y la música, principalmente) y la pornografía.
La pornografía es un negocio de miles de millones de dólares. Ver pornografía es adictivo, como lo es una droga física: destruye matrimonios y familias y conforma una pendiente resbaladiza hacia la delincuencia sexual.
¿Por qué no existe ninguna campaña de la UE contra la pornografía, como por ejemplo la hay contra el tabaco? 
La diferencia es que el tabaquismo no destruye la familia, la pornografía sí lo hace.
Usted ha vivido un profundo cambio: del movimiento revolucionario de 1968 a valiente activista contra los estragos de la revolución sexual global; un “despertar” que atribuye a su conversión al catolicismo. ¿Qué aporta el humanismo cristiano, y en concreto la Iglesia Católica, a esta batalla cultural?
Me convertí al catolicismo hace veinte años. Descubrí una gran cantidad de enseñanzas sobre los problemas del hombre y de la mujer, sobre la familia y la sexualidad.
San Juan Pablo II dedicó su vida y su papado a estas cuestiones, fundamentadas en la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI.  Benedicto XVI, por su parte, es uno de los grandes analistas y visionarios de nuestra época. Esto en cuanto a la parte intelectual.
Pero también hay un lado espiritual: la conversión conduce a un cambio de vida. Jesús dice: “¿Quién me ama, guardará mis mandamientos (Juan 14,15)”. Guardar los mandamientos permite que el Espíritu Santo ilumine nuestro entendimiento y cambie nuestra vida.
¿Qué nos cabe hacer como ciudadanos, cuando incluso no percibimos los riesgos que entraña esta revolución sexual sobre nuestro mismo futuro como sociedad?
No guardar los mandamientos, separarse de Dios por el pecado, crea ceguera. Los medios de comunicación hacen lo posible para que cualquier tipo de pecado parezca aceptable, para las personas perdamos el espíritu de discernimiento entre el bien y el mal.
En la Biblia leemos: “He puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia (Dt. 30,19)”. Las estadísticas sobre la desintegración familiar, el alto porcentaje de trastornos psicológicos en los niños o el grito de la crisis demográfica retumban sobre nosotros, pero nuestros oídos están entumecidos.
No sabemos en qué fase de la historia de la humanidad estamos. Pero como creyentes sabemos que la historia humana tiene un buen final. Cada uno de nosotros puede elegir la vida y utilizar su talento para trabajar por la vida.
Hay innumerables iniciativas cristianas que hacen precisamente eso. HatzeOir.org es una de ellas. Saber estar del lado de la vida, y por lo tanto en el “lado correcto de la historia”, te permite vivir feliz y en paz.
Otra cuestión es la intimidación. Usted sabe bien qué es sufrir los ataques de los ideolólogos de género: fue tachada de “homófoba” e inclusa amenazada en una obra de teatro
Fobia, derivado del griego Phobos, significa odio o miedo. No soy “homofóbica”, porque no tengo miedo de los homosexuales ni les odio. Tampoco tengo nada que ver con la “derecha radical”. Soy  una defensora de los derechos democráticos frente al totalitarismo que va surgiendo.
Estamos tomando medidas ante los tribunales para proteger nuestro derecho democrático a la libertad de expresión. Los ataques no me desaniman. Hago lo que siento que estoy llamada a hacer.
¿Es optimista? haciendo lo que estamos llamados a hacer, ¿podemos ganar esta batalla?
Permítame responder con un salmo bíblico del primer libro de Samuel: “La batalla es del Señor" (1 Sam 17,47).

  Extractado de Actuall, 27/06/2016

martes, 12 de julio de 2016

Ante la fortaleza en la adversidad


Admiración

A los “Pintores sin manos


Me detengo ante tus cuadros
 plenos de luz y armonía,
 que conducen a parajes
 de ensueño y de fantasía.

Saboreo los colores
 y penetro en las tersuras,
 mientras danza mi mirada
 por las líneas que la acunan.

Trasuntan esas pinturas
 profundo amor a la vida,
 y por encima de todo,
 una íntima alegría.

Es sin duda la belleza
 quien me cautiva en tus cuadros,
 pero aún más tu fortaleza,
 pintor que pintas sin manos.
MGdeJ

A su izquierda, los autores, y a la derecha, una de sus obras. Imágenes de la web: http://www.apbp-spain.com/



 

 











domingo, 10 de julio de 2016

Cuento de vacaciones

El espejo



-¡Mamá! ¡Mamá!... ¿me puedes leer esto? – pidió el niño cuyo cuerpecito sobresalía apenas de una montaña de papeles, cuadernos, lápices y libros desparramados sobre la mesa del comedor.
-Mmm ... a ver... “di agli daccling”, -leyó la madre, distraídamente.
-¿Qué quería decir?- volvió a pedir el niño, - ¡me olvidé!
-¿Cómo te olvidaste? ¡Si hace tan poco que lo leímos!
- Espera... ¡ya sé! “El patito feo” -¡Muy bien! ¿Y recuerdas también la historia?
- Sí. “Había una vez un huevito...”
Ana se perdió en los ojos de su hijo. No podía borrar de su mente aquellas palabras del médico: -Señora, lamentablemente los análisis nos hacen pensar en una malformación genética. Esto es doloroso, pero tengo el deber de advertirla. -¿Qué me quiere decir? ¿Qué tiene mi bebé?- las preguntas le brotaron trémulas. -Tenemos que hacer más estudios para definir eso, por ahora lo único que sabemos es que no es normal... Yo le sugeriría... -¿Qué? –disparó sobresaltada. -Que vuelva otro día con su esposo y charlemos más tranquilos. -No, no me quedo tranquila. -Siempre hay alternativas –su voz sonaba conciliadora. -¿En qué piensa, doctor?- preguntó ella con los ojos ensombrecidos como intuyendo la respuesta.
-“....y la señora pata, aunque este huevo era tan grande, le dio su calor, como a los demás, y pronto comenzaron a salir uno por uno, los patitos... pero el del huevo grande no salía, y la mamá lo abrigó un tiempo más, y salió un patito...”
-Por de pronto podemos suspender el proceso. -¿Me habla de interrumpir el embarazo?  -Usted tiene idea de lo que es traer a este mundo un niño con alguna malformación? Por si aún no cayó en cuenta, significa dolor, mucho dolor; trabajo, mucho trabajo y dedicación personal, gastos extraordinarios... No todos lo soportan... ¿Está dispuesta a eso?
-“... el patito era muy feo, era distinto a todos los demás, nadie lo quería...”
-Voy a conversarlo con mi marido, esto es muy duro. -A veces una decisión rápida ahorra muchos dolores de cabeza...
-“... y todos querían picotearlo, entonces el patito se escapó.”
Ana puso instintivamente la mano sobre la curva suave de su vientre. Recordaba aquella sensación en la que se le mezclaban la angustia y la esperanza, la impotencia y la rebeldía, como si fuera hoy. Sin embargo, habían pasado ocho años desde aquel momento.
Tomasito la miró: -¿Te duele la panza, mami?
-No, amor, me dolía un poquito el corazón, pero ya pasó. ¿Cómo seguía el cuento?
-“Y llegó el invierno, y el patito casi se queda atrapado en las aguas heladas, pero pataleó,  pataleó...”
Ana miró las piernitas inertes su hijito, y por su mente cruzó la próxima operación a que sería sometido. La segunda en su corta vida. Y que significaba una nueva esperanza de acceder a cierta movilidad. -Si se nos presenta la ocasión de evitar un sufrimiento,... -insistía el médico- hacemos lo que podemos.  Justo por esos días Ana había ido a ver esa película francesa, casi por casualidad. No recordaba bien el título, tal vez era algo así como “La fuerza del corazón”. La protagonista estaba embarazada y al habérsele declarado un cáncer, le plantean la opción entre su vida y la del hijo. Se había quedado con una frase martillándole la cabeza: “Ningún doctor me va a abrir las piernas para sacarme a mi bebé y arrojarlo a la basura”. En el film la madre lucha, se arriesga, continúa peleándole y finalmente ganándole a la muerte.
- Podemos tener otros niños, - le había dicho José. -Ya sé, querido, pero éste es mi bebé, y lo quiero defender. -Tú eres la madre, haremos lo que creas mejor. -Tengo miedo, José – y se abrazaron llorando.
-“De pronto, el patito dio un respingo, porque un tremendo perro lo miraba. Pero el perro se dio media vuelta sin tocarlo. Así fueron pasando los largos meses del invierno...”
-A todos nos asusta el dolor, pero el único modo de hacerlo desaparecer, sería suprimir toda vida ¿no cree? -le dijo sonriente el pediatra- Es un bonito niño, y el problema que tiene, si está de acuerdo, vamos a enfrentarlo juntos.
-¿Tú piensas que el patito era feo? –se interrumpió el niño en el relato, mirándola muy fijo, y quedó pendiente de la respuesta. Ana lo miró a su vez a los ojos, esos ojos profundos y tiernos que parecían estar siempre interrogándola sin palabras sobre sus imposibilidades y sufrimientos. -No, mi amor, creo que era muy hermoso, pero nadie se había dado cuenta, ni él...
- Claro, así pasó el invierno, con muchas aventuras –respondió aliviado.
-¿Sabes qué pienso, también? Que era muy valiente, que fue haciéndose muy fuerte con todo lo que le pasó – añadió la madre.
Ella también había tenido que hacerse fuerte, sobre todo después de la separación. Dicen que el padre suele sufrir la presencia del hijo como la de un intruso que le impone postergación. José era algo inmaduro, parecía amarla con pasión, se había aferrado tanto a ella, y fue como si no soportara compartirla con ese niño especialmente necesitado de cuidados. Se fue alejando, primero con excusas, hasta que un día Ana supo que en su fuga del dolor buscaba otros consuelos. Tuvo que hacerse dura para decirle: - Comprendo que quieras huir. Yo también a veces lo haría. Pero aquí estoy. Supongo que no es mérito mío. Hay algo superior a mí que me sostiene. Está claro que tu amor no alcanza para sobrellevar esto. Vete, es mejor para los tres.

-“Y pasaron los días y al llegar la primavera se puso más tibio el aire y hubo más luz en los campos... Entonces fue cuando sucedió algo maravilloso: el patito vio a los hermosos cisnes en el estanque...”
¿Qué es la belleza?, ¿qué hace bellos a los seres?, ¿qué clase de anteojos necesitaremos para llegar a ver lo que hay en cada uno?, ¿por qué el que ama encuentra siempre bello al amado?, ¿por qué saberse amado pone un esplendor que irradia por todos los poros?, se preguntaba interiormente Ana.
-“... y se dio cuenta que él también era un hermoso cisne!” -Tomás selló la frase con una sonrisa triunfal que como una onda pasó al rostro de su madre y se quedó allí.
Estaba orgullosa de su hijo. Ambos, como el patito del cuento, estaban recorriendo su “camino del héroe”. Con tropiezos, con muchas dificultades y bastante miedo, pero sin dejar de luchar.
Se le hizo presente la figura de Andersen. Había estudiado algo de su vida en aquellas clases de Literatura Nórdica. Los comentaristas planteaban que él mismo era el protagonista del cuento, ya que por su figura desgarbada y las rarezas de su trato había sido durante su infancia y juventud el blanco de muchas burlas y desprecios. Ana sintió que la parábola era más amplia, que desde algún lugar también la comprendía a ella, y por qué no, nos abarcaba a todos. Y con voz casi inaudible, susurró: -Donde quiera que estés,... gracias.
- ¿Qué dijiste, mami?
- Que me gustó mucho tu cuento.
Tal vez ellos no lo advirtieron, pero el vuelo potente de una bandada de cisnes cruzó en ese momento por el cielo de sus almas.


E. I.
***