miércoles, 23 de diciembre de 2015

¡Navidad!

I.
Al rumor de los viajeros,  
el silencio pueblerino  
ha despertado confuso  
de su letargo de siglos. 
En la Belén olvidada,  
la pobre, pequeña aldea,  
no hay ninguno que sospeche  
el milagro que ya llega. 
Por callejas pedregosas,  
por caminos polvorientos,  
José y María se acercan  
en religiosos silencio. 
Vienen trayendo en secreto 
 el tesoro más preciado  
que cielos o tierra vieron:  
el Verbo Eterno humanado. 
Ya va cayendo la noche;  
buscan prestado un cobijo,  
porque la Madre presiente  
que está por nacer el Hijo. 
Un misterioso decreto  
aúna las voluntades  
del gran Augusto romano  
y estos míseros rurales.   

II.
Llega pobre entre los pobres 
el que esperan las naciones  
y anunciaron los profetas: 
el más grande entre los hombres. 
Es Dios mismo despojado  
de su poder infinito,  
para estar en nuestras manos  
como indefenso niñito. 
Su pasión ha comenzado  
cuando las puertas se cierran 
por los duros corazones  
sin compasión ni clemencia. 
La sórdida cueva establo  
que a mansas bestias guarece,  
al Rey de reyes entrega  
por primer trono un pesebre. 
¡Viene a saldar nuestra deuda,  
a pagar por mis pecados,  
con el deseo inaudito 
de acabar crucificado! 
Bendito Niño adorado,  
beso tus pies y manos,  
tu puro Cuerpo entregado,  
¡pues por mí te han traspasado!   
MGdeJ

¡Feliz Navidad!