domingo, 15 de mayo de 2016

INVERSIÓN DEL LENGUAJE


El Comité de Derechos de los Niños de la ONU recientemente ha exhortado a Irlanda a aprobar el aborto sin restricciones. Su informe ha sido acogido favorablemente en el Gobierno irlandés –¿adivinas por qué organismo?– por el Ministerio para la Infancia!

Ni George Orwell habría imaginado un símbolo mejor de la inversión del lenguaje. El Ministerio de la Verdad en su novela 1984 difícilmente puede tener en el mundo real una réplica más exacta que un Comité de Derechos de los Niños que postula el aborto y un Ministerio para la Infancia que aplaude la recomendación y le da curso político.

El aborto debe ser despenalizado en Irlanda “en todas las circunstancias”, dice el informe del Comité de Derechos de los Niños, con base en Ginebra, al que ha tenido acceso el diario The Irish Times

Actualmente, el aborto en este país es legal en situaciones de “riesgo real y sustancial” para la salud de la madre. La ONU recomienda al Gobierno a reformar la ley para asegurar que las mujeres tienen “acceso al aborto seguro y a cuidados después de la intervención”.

La ONU examina a Irlanda en el cumplimiento de la Convención de Derechos del Niño. El informe expresa la preocupación por lo que el Comité califica como “discriminación contra los niños no cristianos en las escuelas”. Alerta, además, sobre el aumento de la pobreza infantil y la falta de servicios específicos para los niños de familias de refugiados. 
  
Tanto el informe como su efusiva recepción responden a la cultura anti natalista hegemónica en los organismos supranacionales y gobiernos en el lado del mundo supuestamente desarrollado. Ninguna novedad en el hecho de que la ONU se afane en la diplomacia del aborto, siendo como es la principal embajadora de su industria. 

Lo sarcástico es que sea un Comité de Derechos de los Niños el que preconice eliminar niños en serie, y que un Ministerio para la Infancia se emplee a fondo, actuando contra la infancia. Todo un alarde de cinismo, vale, pero también una muestra de hasta qué punto las sociedades europeas y occidentales se han acostumbrado a la violencia disfrazada como un derecho.– V. Gago

[Con información de The Irish Times y Agenda Europe, en inglés]

Fuente: Actuall, 11/2/2016.