sábado, 16 de septiembre de 2017

CÓMO SALIR DE LA CULTURA DEL MALESTAR

1-        ¿Qué es la cultura del malestar?
Se trata de un modo negativo de enfrentar las dificultades y diferencias que inevitablemente surgen en la vida.

2-        ¿Cuáles son sus manifestaciones cotidianas?
El enojo, la protesta, la queja (las más de las veces todo esto con justa razón), el perjuicio del vecino, del que no tiene parte en las causas del problema, que a su vez se enoja, se queja y reacciona negativamente.
Se produce una reacción en cadena, en que el malestar de unos se va trasladando a otros y así genera un clima, una atmósfera adversa a la vida.

3-        ¿Cuáles son sus raíces?
a-  El egoísmo: no querer ver más allá de mis narices y de mis intereses próximos.
b-   El hábito social de la protesta, y de la protesta violenta (cortar calles, tomar instituciones, destruir bienes muebles e inmuebles, insultar, etc)
c-   La dialéctica y la lucha como único método para lograr objetivos.
d-   La  conciencia de ser siempre acreedores y nunca deudores.

4-        ¿Cuáles son sus consecuencias?
En la sociedad: la percepción de que se está en una jungla, de que estamos ”todos contra todos”.
En las personas: la soledad, el estrés, la ansiedad, la depresión.

5-        ¿Tiene cura?
Salvo la muerte, todo tiene alguna solución en esta vida.
Debemos generar en el cuerpo social el sentido de solidaridad.
Nadie quiere el mal para sí. ¿Por qué desearlo para el vecino?
Tenemos que empezar a pensar lo social con criterios ecológicos. Lo que daña a uno, daña al todo. Nadie queda indemne cuando lo que prima son los sentimientos y las acciones negativas.

6-        Acciones a favor de la cultura del bienestar:
a-    Fomentar el respeto.
b-    Fomentar la solidaridad.
c-    Dar lo mejor de uno mismo.
d-    Amar el orden.
e-    Buscar, admirar y contemplar la verdad, la bondad y la belleza.

jueves, 14 de septiembre de 2017

A la Virgen de los Dolores



Resultado de imagen para Nuestra sra de los doloresDame tu mano, María,
la de las tocas moradas.
Clávame tus siete espadas
en esta carne baldía. 
Quiero ir contigo en la impía
tarde negra y amarilla.
Aquí en mi torpe mejilla
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa lágrima que brilla.

Déjame que te restañe
ese llanto cristalino,
y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Deja que en lágrimas bañe
la orla negra de tu manto
a los pies del árbol santo
donde tu fruto se mustia.
Capitana de la angustia:
no quiero que sufras tanto.

Qué lejos, Madre, la cuna
y tus gozos de Belén:
- No, mi Niño. No, no hay quien
de mis brazos te desuna.
Y rayos tibios de luna
entre las pajas de miel
le acariciaban la piel
sin despertarle. Qué larga
es la distancia y qué amarga
de Jesús muerto a Emmanuel.

¿Dónde está ya el mediodía
luminoso en que Gabriel
desde el marco del dintel
te saludó: -Ave, María?
Virgen ya de la agonía,
tu Hijo es el que cruza ahí.
Déjame hacer junto a ti
ese augusto itinerario.
Para ir al monte Calvario,
cítame en Getsemaní.

Resultado de imagen para piedad del vaticanoA ti, doncella graciosa,
hoy maestra de dolores,
playa de los pecadores,
nido en que el alma reposa.
A ti, ofrezco, pulcra rosa,
las jornadas de esta vía.
A ti, Madre, a quien quería
cumplir mi humilde promesa.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada María.

Gerardo Diego (1896 - 1987)
Ofrenda - Via Crucis