martes, 15 de diciembre de 2015

Leído para Ud...

Lamas, Diego Luis (2011) Aristóteles: de sombras y águilas. Buenos Aires: Tejuelo.

Una novela histórica para enriquecer el tiempo de vacaciones.
Su autor, un joven abogado y escritor, les hará recorrer, a través de sus páginas, las alternativas de la vida cotidiana del hombre cuya genialidad marcó para siempre el pensamiento de occidente.

Algunos brevísimos párrafos:

-¿Era un ofrecimiento real -preguntó Eudoxo- o quería saber cuál era tu posición?
- No lo tengo muy claro -respondió Platón-. pero sabemos que los ruegos de los tiranos tienen mucho de imposición. Con la excusa de cuidarme, me hizo vivir allí mismo, me puso una guardia en la casa que yo habitaba, y, de hecho, me impidió cualquier intento por salir de Siracusa -volvió a sentarse,
-Y en esos términos -continuó-, Dionisio concibió un amor enfermizo y tiránico.
-¿Se enamoró de ti? -preguntó incrédulo Espeusipo-. ¿Habrá creído que te gustaban los hombres? (p. 70)

El plan del viejo zorro-Nicanor hizo una especie de dibujo sobre el polvo- fue disimular todo lo posible el plan. Y sobre todo no romper por la fuerza las líneas atenienses.
-¿Qué quieres decir?- Teofrasto trataba de entender los jeroglíficos de Nicanor.
-Que la batalla comenzó -acotó Aristóteles-, con dos adversarios que se conocían y temían mucho. (p. 251)

De un vistazo Aristóteles supo que las cosas no iban bien. A poco de tocar la frente de Pitias comprobó que su temperatura era muy elevada.
-Resiste, amor -dijo en voz apenas audible-. Ya viene el niño. (p. 284)

Cerró los ojos. Todo era demasiado confuso. No podía armar todos los pedazos de esa realidad. Cómo unir la cueva, la muerte de los soldados, las armas espartanas, las nuevas muertes de los soldados, el capitán ateniense con ropas espartanas, y ahora su muerte. ¿Quién lo había matado? ¿Por qué?
-Estas son flechas espartanas -dijo Teofrasto-. No sé si esto te dice algo.
-Eso me dice -respondió Aristóteles- que debemos huir de aquí cuanto antes.¡Por todos los dioses! Somos afortunados de estar vivos todavía. (p. 346)

¡Que la disfruten! MGdeJ