"El escepticismo, hablando con propiedad, no es una escuela sino, en lo más profundo, una inclinación del hombre decepcionado, un contagio del espíritu, que se difunde bajo determinadas condiciones morales o políticas. [...]
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Melancolía. Munch |
El escepticismo parece pues el fruto, casi inevitable, de un período de decadencia moral y política. El escéptico se aísla de un mundo del cual ya no espera nada, y, como el estoico, sólo cuenta consigo mismo. Pero en lugar de buscar la serenidad en la inteligencia y la aceptación del encadenamiento ineluctable de los acontecimientos, el escéptico emplea su inteligencia en afirmar la impotencia de ésta."
Marcel Clément (1980) La sed de la sabiduría. Rosario: Univ. Nac. de Rosario. pp. 232 y 235.