Si la educación ha de ser educación de la libertad, en la libertad y para la libertad, es fundamental tener en cuenta que no puede haber verdadera libertad si el hombre no es radicalmente sanado y transformado por la gracia y el organismo de hábitos sobrenaturales.
Fuentes, M. A.(2007) "Educar los afectos", p. 233.
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