Es tan grande, que hasta Federico le canta!!!
El Apóstol Santiago
Balada ingenua (fragmento)
su camino de luz en el cielo,
lo comentan los niños jugando
con el agua de un cauce sereno.
¿Dónde va el peregrino celeste
por el claro infinito sendero?
Va a la aurora que brilla en el fondo,
en caballo blanco como el hielo.
¡Niños chicos, cantad en el
prado,
horadando con risas al viento!
Dice un hombre que ha visto a Santiago
en tropel con doscientos guerreros.
Iban todos cubiertos de luces,
con guirnaldas de verdes luceros,
y el caballo que monta Santiago
era un astro de brillos intensos.
Dice el hombre que cuenta la historia
que en la noche dormida se oyeron
tremolar plateado de alas
que en sus ondas llevóse el silencio.
¿Qué sería, que el río paróse?
Eran ángeles los caballeros.
¡Niños chicos, cantad en el
prado,
horadando con risas al viento!
Federico García Lorca (Granadino, 1899-1936)
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