Desde hace un
tiempo los medios de opinión se esfuerzan en deslegitimar cualquier intento de
salvar los embriones humanos de la destrucción que supone su uso en la
investigación médica. No son pocos los que defienden que la sociedad tiene un
compromiso con el avance científico aunque ello suponga terminar con la vida de
unos cuantos humanos en estado embrionario. Los defensores de esta matanza han
tratado de difamar a los que defendemos el derecho de todos a la vida diciendo que
imponemos nuestras creencias religiosas a los demás y que impedimos el
desarrollo de curas necesarias.
¡No estamos de acuerdo!
Estamos a
favor de ayudar con dinero público el avance de la ciencia en general y de la
medicina en particular, y estamos a favor de desarrollar las terapias con
células de madre; pero insistimos que toda la investigación científica ha de
conducirse dentro de las demandas objetivas de la justicia.
Las células
madre adultas obtenidas por ejemplo del cordón umbilical y la placenta han
permitido ya -sin dañar seres humanos- curar a millares de personas que sufrían
56 enfermedades diferentes. Las terapias con células madre embrionarias, no
obstante -que todavía no ha sido utilizada en ningún tratamiento- requiere la
destrucción de seres humanos. Antes de formar tu propia opinión al respecto,
considera por favor estas reflexiones.
1.- Todos los seres humanos son respetables.
La justicia
básica requiere no discriminar por razón de raza, sexo, o religión. Asimismo,
la equidad requiere no discriminar por razones de edad, de tamaño, de etapa de
desarrollo, o por la condición de dependencia o enfermedad. Esta doctrina de la
igualdad encaja claramente en nuestros principios democráticos y en la
constitución. Cuando decimos que todos somos iguales, queremos decir que hemos
sido dotados de ciertos derechos inalienables, entre ellos el derecho a la vida
y a la libertad.
2.-
Los seres humanos tienen valor en sí mismos.
Sabemos que
los derechos humanos no son concesión de ningún gobierno ni promulgados por una
mayoría. Los seres humanos tienen derechos en virtud de su humanidad. Nuestros
derechos no derivan de nuestra fuerza o belleza, de nuestra inteligencia o
talentos, o de nuestra utilidad a otras personas o a la sociedad en su
totalidad. Esto explica por qué defendemos la vida de un niño mentalmente
perjudicado tanto como la vida de un científico que gana el premio Nobel.
Estaría manifiestamente mal matar a un niño discapacitado para obtener sus
órganos para un trasplante, como antes era incorrecto esclavizar los seres
humanos negros para el trabajo, o exterminar a judíos para crear una raza
ideal.
3.-
El orden legal debe de proteger a todos sin excepción.
De igual modo
que nadie en su sano juicio aceptaría el discurso de ningún político que diga
que está personalmente en contra de matar al enfermo mental pero que por el
bien de la ciencia es bueno disponer de algunos para experimentos, o que
estando personalmente opuesto a la esclavitud a algunos debe permitírsele tener
su propio esclavo, o que estando en contra del holocausto algunos pueden elegir
exterminar a una clase de la gente,
nuestra oposición al exterminio de seres humanos inocentes no es simplemente
personal o privada. Se trata de un principio basado en las demandas de la
justicia. Tenemos el deber de proteger a todos los seres humanos en peligro con
la fuerza de la ley persiguiendo a los que violan el derecho de los demás a la
vida.
4.-
Los humanos en estado embrionario no son menos humanos que los demás.
Nuestros
opositores insisten que los embriones no son seres humanos, o si son seres
humanos, no son todavía personas. Sin embargo decir que los embriones humanos
son cualquier cosa con excepción de seres humanos aun en una temprana etapa de
su desarrollo desafía la verdad científica. Es indignante relegar a algunos
seres humanos al estado de no persona.
5.-
Un embrión humano es un ser humano completo al inicio de su desarrollo.
Alguna gente
dice que nosotros no podemos saber cuándo comienza la vida humana. Dicen que es
un misterio metafísico. Pero no es verdad. La embriogénesis humana y el
desarrollo intrauterino son, en su esencia, un proceso conocido. En cuanto a
cuándo comienza la vida la ciencia nos dice que el desarrollo del ser humano
comienza con la fertilización, cuando un gameto o una esperma masculino
(espermatozoide) se une con un gameto u ovocito femenino para formar una célula
nueva llamada zigoto. Esta nueva célula totipotente marca el principio de cada
uno de nosotros como individuo único. Ésta no es metafísica o teología: es
biología humana elemental. Todos hemos pasado por este proceso.
6.- Todos nosotros fuimos embriones alguna
vez.
Cuando el
esperma y el óvulo se funden, comienza la vida de un nuevo, único, ser humano
genéticamente completo y distinto. Mientras que ninguno de nosotros fuimos alguna vez esperma u óvulo,
cada uno de nosotros fuimos una vez un embrión, o más correctamente, un humano
en estado embrionario, de la misma forma que cada uno de nosotros fuimos una
vez un adolescente, un niño, un bebé, y un feto. Estos términos se refieren no
a diversas clases de seres, sino a las etapas en el desarrollo natural de un
ser humano. Los embriones, los fetos, los bebés, los adolescentes, y los
adultos se diferencian no en su clase (o sustancia), sino en su madurez o etapa
del desarrollo. Sin importar cuánta gente diga que un embrión es simplemente un
barullo de células, los hechos de la ciencia prueban que es un ser humano. Si
se nos hubiese destruido cuando estábamos en la etapa embrionaria jamás
hubiésemos existido. No nos parece justo impedir que algunos seres humanos se
desarrollen.
7.- Un embrión
no es un ser humano potencial sino un humano con toda su potencialidad.
En la etapa
embrionaria de nuestras vidas, cada uno de nosotros poseyó la constitución
genética necesaria para convertirse por un proceso unidireccional e integrado
de embrión en feto y después en bebé, en niño, en adolescente y en individuo
adulto conservando la identidad primigenia. Es decir cada uno de nosotros
empezó siendo humano; a ninguno de nosotros le hicieron humano en un cierto momento después de existir. En la
etapa embrionaria de nuestras vidas, no éramos seres humanos de modo potencial,
ya éramos entonces seres humanos. Éramos, eso sí, adultos potenciales. Nuestro
potencial era, como el potencial de un feto o de un infante recién nacido, de
maduración para llegar a la edad adulta.
8.- Matar seres humanos está siempre mal,
no importa su tamaño.
Si es un
hecho científico establecido que los embriones humanos son seres humanos, ¿por
qué estamos discutiendo sobre la investigación con células madre? Del mismo
modo que sería malvado matar a un niño mentalmente discapacitado para extraer
sus órganos para un trasplante, es también malvado matar al humano embrionario
para cosechar sus células madre para la investigación científica. Tan
incorrecto era exterminar a los judíos en el holocausto, como ejecutar los
embriones, aún con el loable propósito de curar enfermedades.
9.-
La muerte directa de seres humanos es el asunto político más importante.
Anhelamos el
día en el que todos los políticos sean favorables a la protección de embriones.
Reconocemos, sin embargo, que la destrucción de embriones humanos está apoyada
por los principales partidos. Más de 80.000 vidas humanas se extinguen cada año
en abortos, otras 100.000 están congeladas en estado embrionario y morirán si
se permite experimentar con ellas. La guerra de Irak es un minúsculo asunto
político comparado con el que se ventila con la protección de la vida humana en
las primeras etapas de su desarrollo. ¿Cuál va a ser el daño colateral
aceptable para que unos pocos investigadores justifiquen su trabajo? ¿Cuántas
vidas?
Apoyar la destrucción de embriones
es apoyar la matanza directa e intencional de seres humanos inocentes.
Fuente: Asociación Valenciana para la Defensa de la Vida:
963331131, www.provida.es/valencia
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