martes, 8 de diciembre de 2015

Alcemos la mirada


La Inmaculada Concepción



Orna la luna su materna planta;
la aurora sus cabellos ilumina;
su cabeza en luceros se reclina
y su trono entre soles se levanta.

Ante aquella visión mística y santa,
el ángel, con amor, la frente inclina
y al dulce son del arpa diamantina
su belleza inmortal celebra y canta.

A la vez, entre sombras abismado,
reza a la imagen, de dolor transido,
el hombre en este valle desterrado.

¡Quién sabe cuál acento es más oído,
si el del ángel, que canta enamorado,
o el del hombre, que llora arrepentido!

Alejandro Nieto (español, 1873- 1930) 


Fuente: Pemán, J. M. y Herrero, M (1950) Suma poética. Madrid: BAC. p. 500.

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