sábado, 6 de febrero de 2016

Cultura de la muerte

LA "CULTURA" DE LA MUERTE

"Por el temor que tenemos a la muerte estamos sometidos a la esclavitud del demonio". S. Pablo
El término "cultura" de la muerte se refiere a una mentalidad, a una manera de ver al ser humano y al mundo, que fomenta la destrucción de la vida humana más débil e inocente por parte de los más fuertes y poderosos, de los que tienen voz y voto. El término "cultura" de la muerte fue acuñado por el Papa Juan Pablo II en su encíclica "El Evangelio de la Vida" publicada el 25 de marzo de 1995.
"Estamos frente a una realidad más amplia, que se puede considerar como una verdadera y auténtica estructura de pecado, caracterizada por la difusión de una cultura contraria a la solidaridad, que en muchos casos se configura como verdadera cultura de muerte" Juan Pablo II. Evangelium Vitae. N.12

La obsesión de los políticos de izquierda con la muerte de los demás solo es equiparable a la energía que ponen en generar paro y pobreza. En la Comunidad de Madrid, Podemos ha conseguido que se debata en la Asamblea regional pedir al Gobierno que despenalice el “suicidio médicamente asistido”. La novedad es que la presidenta Cristina Cifuentes, del PP, lo ve como un debate pertinente, y la ocasión de “una reflexión profunda” sobre un tema al que ella es “especialmente sensible” –dice el diario ABC– porque pasó por un grave accidente de tránsito en 2013. Curioso razonamiento. ¿Qué quiere decir la presidenta de Madrid, o el periodismo que la interpreta? ¿Uno está más predispuesto a la eutanasia por el hecho de haber vivido una enfermedad o un accidente? ¿Deben aceptar las personas mayores, los enfermos, y los niños a los que ya se aplica la eutanasia en países como Holanda y Bélgica, que los políticos saben lo que les conviene, simplemente porque han podido tener problemas de salud graves, y viven para contarlo y legislar compasivamente sobre ello?
En el Reino Unido, la Cámara de los Comunes rechazó en septiembre de 2015 una proposición similar del Partido Laborista para aplicar las prácticas de eutanasia que se siguen en Bélgica y Holanda, donde los familiares deciden si un menor enfermo debe morir y se reconoce el derecho de personas sanas al suicidio asistido provisto por el sistema público de Salud. Los profesionales de la sanidad y las sociedades médicas especializadas insisten en que la eutanasia no tiene nada que ver con el ideal de una muerte digna. Lo digno es recibir unos buenos cuidados al final de la vida y ser atendido por médicos especializados en Paliativos en todos los hospitales públicos. Pero la izquierda no está interesada en un verdadero cuidado de los vulnerables, sino en ofrecerles la muerte como la última promesa de liberación. La izquierda ha creído liberar al ser humano de tantos yugos, que ahora se ofrece a liberarlo también de yugo de la vida. Enumera Greg Gutfeld en su último libro, How to be Right, las diferencias entre soluciones progresistas y conservadoras frente a una serie de problemas. Así, por ejemplo, frente a la enfermedad –apunta– los conservadores ofrecen cuidados, mientras los progresistas prometen simpatía. Es decir, todo lo simpática que puede ser una sedación terminal.

Y por casa, ... ¿cómo andamos?
Fuentes: http://00nomataras.blogspot.com.ar/2007/05/introduccin.html y Tu Brief, 12/01/21016, con información de Agenda Europe, en inglés; Parlamento Europeo, en inglés; El País; Actuall; ABC, LaInformación.com.

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