Inglaterra, mediados del S XIX. Auge del capitalismo industrial. Los obreros –varones, mujeres y niños- trabajan y viven en condiciones agobiantes e infrahumanas. Es interesante comparar dos visiones, dos modos de entender y de comportarse frente a la misma realidad.
Marx, 1849 |
Marx (1818 - 1883), corrido por los gobiernos que no toleran su incitación a la violencia revolucionaria, se refugia en Londres. Escribe y se mueve en los ambientes de los conspiradores exiliados, buscando encender cualquier mecha a la carga explosiva que alimenta con el resentimiento, clave de la revolución.
Vive mantenido por Engels, quien a su vez, y sin conflicto con la contradicción, regentea la fábrica textil de su padre en Manchester, y hasta encubre el adulterio que Marx comete con su sirvienta, recogiendo ese hijo de ambos.
Para Karl Marx toda la realidad se reduce a la materia, y la historia se explica por la lucha de clases, que debe ser alentada y propagada.
J. H. Newman, c. 1860 |
Una vez ordenado sacerdote católico, opta por el tipo de vida religiosa que ofrece el Oratorio de San Felipe Neri. Invitado por el Papa a iniciar el Oratorio en Inglaterra, elige ubicar la fundación en Birmingham –ciudad también industrializada- con gran inmigración irlandesa que vive paupérrimamente, para asistirlos espiritualmente y ayudarlos a educarse, porque entiende que nada libera tanto al hombre como la educación.
Para John Hery Newman, hay una realidad sobrenatural que explica y da sentido tanto al mundo material como al espiritual humano: la Encarnación del Verbo.
Newman denuncia con energía -ya desde su época anglicana- la idolatría del dinero que esclaviza y socava las conciencias.
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