viernes, 7 de julio de 2017

La tarea del monje... o lo que hace el monje por el mundo

"...a diferentes horas del día, rodeado de la familia monástica, el monje, cual otro Moisés en la montaña, levanta sus brazos al cielo por los hermanos que luchan en la planicie; y está cierto de que, mediante su oración fervorosa y constante, puede obtener la victoria para los ejércitos de Israel sobre los enemigos de Dios y de su pueblo. Su mirada, iluminada por la fe, se extiende a todo lo concerniente al reino de Dios; su caridad, inflamada por la devoción, quiere abrazar las almas todas que se revuelven en la ignorancia, el error, la miseria, la tentación, el sufrimiento, el pecado; todas aquellas que se desviven por extender en la tierra el reino de Cristo, y aquellas otras a quienes la llama del amor impulsa a estar más cerca del Señor. A fin de hacer más eficaz su intercesión, une su plegaria a la omnipotente y siempre oída de la divina Víctima, que extiende sus brazos sobre el nuevo Calvario, el altar mayor."

Fuente: Marmion, Dom Columba, O.S.B (1949) Jesucristo, ideal del monje. Barcelona: Editorial Litúrgica Española. P. 112.

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