lunes, 12 de marzo de 2018

Debate por el aborto I, o la tragedia de Medea



     
Eurípides nos acerca al fondo de tal alma atribulada y al desenlace de su furia.
         Su marido, su hombre, la ha traicionado, la ha defraudado. La confianza está rota, ha sido violada.
         El odio la enceguece y anega su corazón el deseo de venganza. Ella lo descarga sobre lo que él ama, lo prolonga y además se lo representa: sus propios hijos.
         Inmersa en la marea del mal que genera una espiral sin fin, en la impotencia frente al ultraje y al fracaso personal, no trepida en destruir lo mejor que le ha quedado: nada menos que la prolongación de su propia vida y amor, su continuidad en el futuro.
         Así, contrariando los sentimientos más raigales, hasta el instinto animal de conservación de la especie, asesina a sus hijos.
         Ella experimentó la violencia de la traición, y la devuelve  redoblada en maldiciones sobre sí y sobre los suyos.
         Los inocentes pagarán con su vida los crímenes de ambos progenitores: la lujuria del varón y la venganza loca y perversa de la mujer.

 Por miles de años las generaciones se han horrorizado frente al espanto de tales actos, sancionándolos legal y socialmente.
         Hoy se plantea que debatamos sobre los derechos de Medea, que justifiquemos sus asesinatos y los tornemos "legales, seguros y gratuitos", obligando a toda la sociedad a pagar por ellos, un pago que no será solo material, sino inmensamente más grande y doloroso.
         Y pagaremos, sin duda, si dejamos que el síndrome de Medea se enquiste en nuestros corazones y leyes.
                                                              Resultado de imagen para medea euripides

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