7 MAYO, 2018
Il est
interdit d’interdire! (¡Prohibido
prohibir!); La beauté est dans la rue (La belleza está en la
calle); Prenez vos désirs pour des réalités (Tus deseos son
realidad). Estos son algunos de los eslóganes más famosos escritos en los muros
de las calles de París durante la revuelta estudiantil de mayo de 1968; se
cumplen ahora cincuenta años. El cierre de la Universidad de París-Nanterre
debido a las protestas contra la guerra de Vietnam provocó agitaciones
estudiantiles que rápidamente se extendieron por toda Francia. Precedieron al
mayo parisiense los alborotos universitarios de 1964 en el campus de Berkeley
(California) y en la Universidad de Columbia (Nueva York), así como en otras
ciudades del mundo.
Del mayo
francés que sacudió la segunda mitad del siglo veinte ha habido diversas
interpretaciones: una revolución política para demoler el Estado, un movimiento
de liberación del cuerpo y de las costumbres sociales imperantes, una
insurrección contra la autoridad constituida, una rebelión frente al bienestar
de Occidente, la reacción de los estudiantes contra la masificación de los centros
de enseñanza superior, la demanda de un cambio en las relaciones entre
profesores y alumnos, etc. Quizá fuera un poco de todo esto, pero no solo.
Joseph Ratzinger, por entonces joven profesor de Teología dogmática en la
Universidad de Tubinga, dijo que en aquellas protestas universitarias latía una
“nostalgia del futuro”, es decir, una “nostalgia de Dios”.
En 2018
se ha cumplido también el 50º aniversario del Univ Forum, un
congreso universitario internacional que se celebra anualmente en Roma durante
la Semana Santa, y al que han participado miles de estudiantes desde 1968 con
el objetivo de reflexionar y dialogar en modo constructivo acerca de los
desafíos que afrontan los universitarios en el contexto de sus respectivas
culturas. El papa Francisco ha dirigido una carta a los jóvenes del Univ para
la ocasión. En los orígenes de este congreso se encuentra el profesor italiano
Umberto Farri (1928-2006), piamontés de Cuneo; una persona dotada de grandes
ideales y de espíritu de servicio a la sociedad, además de poseer notables
capacidades relacionales y de liderazgo. Farri creó en 1966 el Istituto
per la Cooperazione Universitaria(ICU), una ONG que promueve iniciativas de
voluntariado internacional y proyectos de solidaridad en diversos sectores
(agricultura, educación, sanidad, recursos energéticos, etc.), que contribuyen
al desarrollo de la persona y a la promoción de la dignidad humana.
Alentado
por san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, Umberto Farri impulsó también
el Univ Forum. El primero, con el tema “Autonomía universitaria y sociedad”,
tuvo lugar en abril de 1968, pocos días antes del inicio de la gran algarada en
el Barrio Latino de París, alrededor de La Sorbona, el 3 de mayo. Cerca de
quinientos universitarios procedentes de países europeos se reunieron en Roma
para tratar de las esperanzas de los jóvenes ante la crisis de la universidad.
En su calidad de secretario general del ICU, Farri abrió las sesiones del
congreso manifestando que se pretendía conocer el espíritu con que eran
afrontados los problemas estudiantiles, para sentar las premisas de la
cooperación universitaria. Señaló también que al congreso habían sido invitadas
personas bien vivas y responsables y no “ovejas”; incluso algunos que habían
roto los cristales de la propia universidad… para poder sustituirlos con
vidrios nuevos.
El 10 de
abril de 1968 participaron en la audiencia general con el beato papa Pablo VI,
que será canonizado próximamente por el papa Francisco. En un determinado
momento, el Papa interrumpió la lectura de su discurso, levantó los ojos de los
papeles que tenía en sus manos y miró a aquellos jóvenes. Los animó a
contribuir eficazmente a la superación de la crisis de la universidad y a tomar
parte activa en la construcción de un mundo más justo, más humano y más
fraterno. Al terminar la audiencia, el Papa saludó personalmente a algunos
jóvenes. En el documento conclusivo del congreso los participantes manifestaron
que la solución de la crisis universitaria pasaba, entre otras medidas, por
garantizar el derecho de todos al estudio y asegurar el ejercicio de este
derecho en universidades libres y autónomas, independientes de cualquier
presión política y económica.
Para Farri,
estudiar los problemas, abrir espacios de diálogo entre los diversos
componentes de la comunidad universitaria, no
reivindicar solamente los derechos, sino pensar en asumir primero los propios
deberes, resultó más atrayente y “revolucionario” que cualquier forma de
protesta. Preguntado al final de su vida para qué habían servido tantos años
dedicados a los universitarios, Umberto Farri respondió: «para mantenerme al
tanto de los problemas de la juventud, y a permanecer joven…».
El tema
del Univ Forum 2018, “Repensar el futuro”, podría ser un
buen lema para escribirse en las calles del mundo cincuenta años después del
mayo del 68.
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