ROMANCE DEL 25 DE
MAYO
1ra. Parte: en la
Península
Ante la
España cristiana
se
rindió el moro invasor;
Dios
entonces por su hazaña
le dio
a América en blasón.
Esa
España está de luto
porque
sin Rey la dejó
aquel
enemigo astuto
que se
llama Napoleón.
Este
francés conocía
que
dividir es reinar;
que es
un arma, la mentira,
por
diabólica, fatal.
Así
pudo con su engaño
en la
farsa de Bayona,
dejar
cautivo a Fernando
y
arrebatar su corona.
España,
que aún es la grande,
sufriéndolo
no lo llora;
indómita
toda arde
en
llamas que se le afloran.
Desde
Lérida y Asturias,
a León
y Extremadura,
como en
Galicia y Valencia,
están
nombrando sus Juntas.
2da. Parte: en
Buenos Aires
Con
estos hombres del Plata
no
pudieron los sajones;
para
doblarlos no alcanza
un
millar de Napoleones.
Hierven
las venas criollas
viendo
destronado al Rey;
su
fiera sangre española
pide el
cese del Virrey.
Los
vecinos del Buen Ayre
ya
probaron su bravura,
pero
ahora solo quieren
el
convocar una Junta.
Reunido
el Cabildo Abierto
proclama
con altivez
el
nuevo y patrio gobierno
en mil
ochocientos diez.
El
Presidente Saavedra,
sobre
los Libros Sagrados,
jura
siempre ser leal
al
soberano Fernando.
Escrita
así con valor,
en oro
y plata grabada,
quedó esta
historia de honor,
la
primera de la Patria.
Elena Ianantuoni
El heraldo. Ed. Estrada, Bs. As.,1980
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