Mora en mí, y yo comenzaré a brillar
como Tú brillas, a brillar de modo que sea luz para los demás. La luz, oh
Jesús, vendrá toda de Ti, ninguno de sus rayos será mío. Ningún mérito para mí.
Serás Tú quien luzca a través de mí sobre los demás. ¡Oh! que te alabe como más
te gusta, esto es, brillando por encima de todos cuantos me rodean. Dales la
luz como a mí, ilumínalos conmigo, por mí. Enséñame a manifestar tu alabanza,
tu verdad, tu voluntad. Hazme predicar sin predicación, no con palabras, sino
con mi ejemplo y con la fuerza atractiva, la influencia amable de mis actos,
con mi visible parecido con tus santos y la evidente plenitud del amor que
llenará mi corazón.
Bto. Card. John Henry Newman
Meditations
and Devotions, 5.
Imagen: Escudo cardenalicio de J. H. Newman, con la leyenda "El corazón habla al corazón".
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