viernes, 30 de diciembre de 2016

Escrito en prisión (3)


“Es casi medianoche. En torno a mi jaula de madera hay lanzas y largos sables. En un rincón de la sala algunos soldados juegan a las cartas; otros se divierten con los dados. De vez en cuando, los centinelas golpean en el tam-tam y el tambor las horas de la noche. A dos metros de mí, una lámpara proyecta su luz vacilante sobre mi hoja de papel chino y me permite trazar estas líneas… Espero cada día mi sentencia. Tal vez mañana me llevarán a la muerte. Probablemente me cortarán la cabeza. Dichosa muerte, ¿verdad? Muerte deseada que conduce a la vida… Voy a ver aquellas bellezas que el ojo humano no vio nunca; a oír aquellas armonías que no oyó el oído del hombre; a gozar de los goces que el corazón no ha gustado jamás…”


De una carta de San Teóphanes Vénard, de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, prisionero y condenado a muerte en Tonkín, Indochina, en 1861, a los 32 años, llamado el “mártir alegre”.



Citado en: Daniel-Rops (1970) Historia de la Iglesia. La Iglesia de las Revoluciones. Vol. XI. Madrid: Círculo de Amigos de la Historia. p. 123.

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