sábado, 20 de mayo de 2017

Filosofía moderna

Esas torres monstruosas que ha construido la filosofía moderna, torres levantadas en realidad contra el cielo, dependen todas de la ruptura de la tradición filosófica; ruptura que es en el fondo, como la torre de Babel, un pecado de orgullo. Le dotó al precario intelecto del hombre de los caracteres del intelecto angélico: se lo hizo intuitivo, innato e independiente de las cosas. Esta rebelión de la razón humana contra sus propios límites y contra la realidad es comparable a la rebelión de los ángeles: non serviam – no serviré. Y la consecuencia fue que no sirvió de veras, en los dos sentidos: se volvió inservible. Esta rebelión está en el comienzo de la crisis actual  y se llama “racionalismo”; y es la más grave de las rupturas de la tradición, después de la ruptura de la tradición religiosa hecha por el Protestantismo. Sus consecuencias fueron trascendentales. La filosofía llegó a decir que es el intelecto humano el que hace las cosas, el que crea la realidad. -¡Pero eso es demencia!-. No lo dicen con estas palabras. Sí, esa demencia es la que dementa al mundo actual. 

Imagen relacionada
Brueguel: Torre de Babel




































Castellani, Leonardo (2000) San Agustín y nosotros. Mendoza:Jauja. p. 105.

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