Saint-Exupéry |
Por eso hice
venir a los educadores y les dije:
-No estáis
encargados de matar al hombre en los pequeños, ni de transformarlos en hormigas
para la vida en el hormiguero. Porque poco me importa que el hombre esté más o
menos colmado. Lo que me importa es que sea más o menos hombre. No pregunto
primero si el hombre será o no feliz, sino qué hombre será feliz. Y poco me
importa la opulencia de los sedentarios saciados, como el ganado en el establo.
No los
colmaréis de fórmulas vacías; sino de imágenes cargadas de estructuras.
No los
llenaréis de conocimientos muertos; sino que les forjaréis un estilo para que
puedan asir.
No juzgaréis
de sus aptitudes por su aparente facilidad en tal o cual sentido. Porque quien
va más lejos y logra mayor éxito es el que más ha trabajado en contra de sí
mismo. En primer lugar, pues, tendréis en cuenta el amor.
Fuente: Antoine de Saint-Exupéry (1966) Ciudadela. Buenos Aires: Goncourt. Cap. XXV, p. 90.
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