Nochebuena, Noche Santa,
llega viejo a ti el clamor.
¿Qué milagro ha obrado el Niño
que le brota nueva voz?
Ya se cierne la penumbra,
rostros borra, duerme el sol.
Suena el cuerno en lejanía…
¿Qué llamado encierra el son?
hace dulce este calor;
como el canto de la lluvia
va ablandando el corazón.
Todo el mundo está de gozo,
hay sonrisa en el dolor
y hasta el llanto de los tristes
dice ¡Hosanna! al Redentor.
Ríe el río allá en su fuente,
ríe el árbol su verdor,
sueños ríen a otros sueños
y se prestan su color.
Las palabras más gastadas
lucen nuevas su dulzor.
Un pesebre es un palacio,
se hace cuna el corazón.
En las vueltas del camino,
el viajero que partió
ya divisa la morada
donde el niño lo citó.
Ve de prisa, peregrino,
que el Amor te pide amor.
Federico Peltzer
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