miércoles, 1 de marzo de 2017

EL AYUNO Y EL CORAZÓN (2 de 3)

Por Madre Adela Galindo, SCTJM

El Ayuno en la Escritura

El ayuno como parte de la tradición judía:
Levítico 16,29-30 -El Señor ordena un día de ayuno como expiación y purificación: "ayunareis… porque en ese día se hará expiación por vosotros para purificaros". 
Joel 2,12 -como signo de arrepentimiento: "volved a mi de todo corazón, con ayunos, con llanto, con lamentos". 
Éxodo 34,28; como preparación para las manifestaciones Moisés está en el Monte Sinaí cuarenta días y cuarenta noches, si comer pan, ni beber agua, y escribió las nuevas tablas de la ley. 
Deuteronomio 10,10 -poder de intercesión ("en cuanto a mí, me estuve en el Monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yahveh y renunció a destruirte"). 
Jonás 3,7 -ante el anuncio de la futura destrucción de Nínive, el pueblo hace ayuno y penitencia. 
Salmo 35,13 -ante la persecución injusta-  David, ayuna y hace penitencia. 

Salmo 109,24 -para lograr el auxilio del Señor -ayuna hasta debilitarse las rodillas. 
Judit 4,9-15 -Ante la amenaza de Nabucodonosor, los Israelitas ofrecen alabanzas, intercesión, penitencia y ayuno. El Señor oyó sus voces y vio su angustia. 
Reina Esther
Para evitar la agresión. Ester 4,16 -Ester dice a Mardoqueo: "vete a reunir a todos los judíos que hay en Susa y ayunad por mí. No comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis siervas ayunaremos. Y así, a pesar de la ley, me presentaré ante el rey; y si tengo que morir, moriré". (Ester va a ir ante el rey a defender a su pueblo que estaba condenado a morir. Va a desenmascarar al enemigo. Pareciera la petición de la Virgen en Fátima, se aparece con una estrella en su vestido. Ester: estrella) 


El Ayuno en el Nuevo Testamento: 
Con insistencia. Lucas 2, 37: "(Ana) no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones". 
Preparación para imponer manos. Hechos 13,3 --"la comunidad después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron" (a Pablo y  Bernabé en misión)
Para encomendar alguien al Señor. Hechos 14,23 --"designaron presbíteros en cada iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor". 
Para completar las tribulaciones de Cristo. Col 3,3 --"me alegro de los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia". 
Para ser vencedores. 1 Cor 9,25 "los atletas se privan de todo y eso por una corona corruptible, nosotros, en cambio, por una incorruptible." 
Para vencer la carne Gal 5,17 "pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu y el espíritu contrarias a la carne, como entre si antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais". 

El ejemplo de Jesús 
Para vencer el demonio. Marcos 9,29 -"esta clase de demonio sólo puede ser expulsado por la oración y el ayuno" 
Mateo 4 y Lucas 4: Nos revelan a Jesús en el desierto orando y sin comer ni beber nada por cuarenta días. 
En Mateo 4 encontramos muchas enseñanzas necesarias para la vida espiritual. Me voy a concentrar en las que creo apoyan la importancia del ayuno. 
Jesús recibe el Bautismo, el Espíritu Santo desciende sobre Él, y se oye una voz, que dice "este es mi Hijo amado". (Toda una experiencia bella y muy espiritual) Inmediatamente ese mismo Espíritu  lo lleva al desierto (lugar solo, árido, peligroso, sin provisiones de ninguna clase), a ser tentado por el demonio. El desierto es necesario para que el Señor pueda hacer grandes cosas en nosotros, El siempre se ha revelado a su pueblo de manera extraordinaria durante el desierto y también siempre ha preparado a su pueblo para la misión durante el desierto. Pero, precisamente por esto, también el demonio, allí libra una gran batalla, para obstaculizar lo que Dios quiere hacer. 
Jesús, se prepara para esta batalla, con oración y ayuno de cuarenta días y noches. ¿Cómo no prepararnos nosotros para la batalla que se libra en nuestras vidas y en el mundo contemporáneo? ¿Nos preparamos con oración y ayuno? Cuando más tentados nos sintamos, más debemos de orar y ayunar. 
Los Israelitas son liberados de Egipto y llevados por el desierto hacia la tierra prometida. Al poco tiempo de haber sido sacados de Egipto y de caminar por el desierto, se les iban agotando las fuerzas. Entonces se rebelaron contra Moisés. Tenían hambre y sed y exigían que les proveyera. El Señor hace el milagro del maná y de hacer brotar agua de la piedra. 
Jesús ayuna, y con su ayuno, repara por las quejas y las injurias que los israelitas hicieron al Señor en el desierto. 

Las tentaciones en el desierto: 

Primera Tentación: Jesús siente hambre (una realidad humana) y allí se aprovecha el demonio para lanzar su primera tentación y seducción: "Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes". Jesús le responde: "no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Deut. 8,3). 
El demonio no pudo lograr hacer caer a Jesús, a pesar que Él tenía hambre, porque a través del ayuno, Él había puesto en segundo lugar la necesidad de satisfacer el hambre, o la gratificación física inmediata. A través del ayuno, vamos dominando esta área, y cuando la tentación viene a nosotros, ya podremos resistirla. 
"No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". Jesús responde, citando Deut. 8. Esta es una característica de Cristo, siempre mostrarnos que el cumplir la voluntad del Padre da más vida que tomar alimento. Esta respuesta de Cristo, nos revela lo que fueron esos 40 días: no hubo pan, ni agua, pero sí profunda comunicación con su Padre. Esto es más importante que nada. No buscar nunca nuestro alimento fuera de la voluntad de Dios. (Apetitos: cuerpo, emociones, sexuales, mentales, de ego, de fama, de reconocimiento, etc). 

Segunda tentación (porque siente hambre): le pone sobre el alero del templo, y le dice: “Si eres hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: a sus Ángeles te encomendarán, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna". Jesús le dice: "También está escrito, no tentaras al Señor tu Dios" (Deut. 6,16). 

El demonio está tentando a Jesús para que desafíe la protección del Padre y tome control fuera de la obediencia a Dios. Era la tentación de la satisfacción personal, que los Ángeles le sirvan, le protejan y no le pase nada. 
Jesús es tentado en esta área después de ayunar, ¿es que acaso el ayuno tiene también el poder de liberarnos de nuestro ego? ¿de nuestro deseo de ser servidos, honrados?

Tercera Tentación (porque siente hambre): lo lleva a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: “todo esto te daré si postrándote ante mí me adoras". Jesús responde: apártate de mi Satanás, porque está escrito: al Señor tu Dios adorarás y solo a Él darás culto". (Deut 6:13). 
El demonio le tienta con alcanzar poder y fama terrenos, ¿será que el ayuno nos libera de estos deseos? ¿Será que al experimentar nuestra debilidad, vacío, necesidad en el ayuno, nos reconocemos criaturas, dependientes de Dios, y así nos liberamos de la gran tentación de adorar a falsos dioses (incluyéndonos nosotros mismos)? 

Las tres tentaciones del desierto fueron dirigidas hacia el placer, poder y fama. Las tres fueron presentadas durante cuarenta días de oración y ayuno. Las tres fueron vencidas con las virtudes contrarias: negación, sumisión total al Señor y su Palabra, humildad. Tres virtudes que son frutos del ayuno. 



El A.T. nos revela el poder del ayuno sobre los enemigos exteriores, el N.T., nos revela además, el poder que tiene para vencer los enemigos del alma: carne, demonio y mundo. 


Fuente: www.corazones.org

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