Por Francisco
Segarra -
Vivimos
tiempos de persecución, que es cruenta en muchos sitios; más ladina y sutil, en
otros: por ejemplo, en Occidente. En Oriente y África, ya saben, los
cristianos son asesinados sin piedad.
En España,
los enemigos de Cristo no se cortan y pasan directamente a la blasfemia.
Contra la blasfemia citaré las recetas de un Padre de la Iglesia y del Papa
Francisco.
“Si alguien
blasfema, corrígele; si vuelve a blasfemar, corrígele otra vez; si vuelve a
blasfemar, golpéale, rómpele los dientes, santifica tu mano con el golpe.” Esto
lo dijo san Juan Crisóstomo.
“Si alguien
dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo”. Y
esto lo dijo el Papa Francisco.
Mientras
tanto, les propongo unas cuantas ideas, muy fáciles, para hacer frente a la
blasfemia y a la persecución.
Tomen nota y
pónganlas en práctica ahora mismo:
–Hagan la
señal de la Cruz cada vez que pasen por delante de una Iglesia o de un
cementerio. Desagravien al Señor y recen algo por las almas de los muertos. Los
bosnios croatas no paran de santigüarse: allí tienen a su lado a los muslimes.
-Recen el
Santo Rosario por la calle. Pero fuera del bolsillo, que se les vea con el Rosario en la mano en
el autobús, en el Metro, en el coche. Si les preguntan, respondan que están
rezando por aquel que les pregunta. Si les insisten, les dicen que los
musulmanes lo hacen, y las musulmanas van tapadas por la calle. O contestan lo
que les parezca mejor en cada momento.
-Bendigan la
mesa en los restaurantes cuando coman con amigos, clientes, proveedores, colegas. Al
empezar y al terminar.
-Hagan notar
que no comen carne los viernes. “Somos católicos y hacemos penitencia”.
-Vuelvan a
saludos como: “Vaya usted con Dios”, “Dios le bendiga”, “Dios le proteja”. Y a frases como: “Si Dios
quiere”, “Jesús” –después de un estornudo-. Recalquen el “Adiós” o mejor: “Con
Dios”.
-Hagan
ostensiblemente la señal de la Cruz al inicio de un viaje en tren, avión, autobús,
vehículo particular o taxi.
-Si pueden,
dejen de trabajar dos minutos y recen el Ángelus a las 12 del mediodía,
estén donde estén.
-No dejen
pasar un solo día sin desear la paz o la bendición de Dios para
sus amigos y seguidores en redes sociales.
-Corrijan al
que blasfeme en su presencia. La Sagrada Forma, por ejemplo, no puede
usarse como insulto o como interjección.
-Lleven una
señal visible de que son cristianos: una medalla, un tatuaje, una pulsera, una
insignia, un anillo, un colgante. Lo ideal es una Cruz.
Y ya está.
Pueden
añadir lo que quieran. Pero lo importante es que se nos vea. No es tiempo de
discreción ni de esconderse. Es tiempo de dar la cara sin respetos
humanos ni remilgos.
La situación
de hoy no es la de hace 40 años. Se parece a la de 1931-1936.
Y hace 80
años, en España, algunos curas, hoy santos, se negaron hasta el final a
quitarse la sotana.
¡Viva Cristo
Rey!
Fuente: Extractado de Actuall, 20/3/2017
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